“La alegría inherente a la democracia proviene del discurso compartido”: Hélène L'Heuillet, filósofa

La Croix l'Hebdo: Hablar con un desconocido con ideas contrarias fue la experiencia de más de 6.000 franceses durante la primera edición de "Faut qu'on parle". ¿Qué cree usted que se consigue con una iniciativa así?
Hélène L'Heuillet: ¡Recrear lugares de debate! Hablar con alguien que no está de acuerdo contigo se ha vuelto algo poco común. Es incluso uno de los principales factores de la creciente polarización de nuestra sociedad. La influencia de las redes sociales es, por supuesto, la culpable, pero también la desaparición, fuera de las grandes ciudades, de lugares tradicionales de sociabilidad como cafés y bistrós. Recordemos el papel que desempeñaban en el siglo XIX , donde los clanes en torno al alcalde, el cura y el maestro se reunían allí para debatir sus desavenencias. Hoy en día, este tipo de intercambio entre laicos y clérigos nos parece extraño, ya que solemos evitar temas controvertidos por miedo a una confrontación violenta.
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